El Tormento
Rodrigo Canales
Quiero
saber qué sientes, ahora que sabes que hoy vas a morir. Dime, ¿qué es lo que
estás pensando en este momento? ¿Acaso tienes miedo? ¿Aún te quedan esperanzas?
Estás cansado de todo esto ¿no es así? La suciedad de tantos meses te cubre de
pies a cabeza, tus ropas ya no están tan blancas e inmaculadas como antes ¿no
crees? ¿Qué pensarían de ti tus colegas? Esa no es la apariencia de lo que
consideran un hombre de fe. Tus ojos están exhaustos, tanto tiempo los has
mantenido abiertos, alerta, vigilándome.
Hice que dormir sea aterrador, son
pesadillas todo lo que podías soñar mientras te observaba desde algún rincón
oscuro, donde la luz no llegaba a alcanzarme, y te despertabas sudando, en
lágrimas y buscándome en la oscuridad. Siempre mantuviste esa pequeña daga
contigo, incluso ahora te aferras fuertemente a ella. ¿Crees que podrás
defenderte de mí con ella? ¡Insensato! Solo pudiste herirme porque estaba
empapada con esa despreciable agua sagrada. Aún arden en mi piel las cicatrices
que me ocasionaste. Su filo inútil no te servirá esta noche. Ahora estás solo,
todos te abandonaron y creen que eres un demente. Estás aquí en esta pequeña y
sucia habitación, solamente tienes una miserable vela y su triste luz es lo
único que te separa de mí. Solo se necesita una brisa ligeramente fuerte para
que esa llama se extinga, y te ponga a mi merced.
He
disfrutado cada minuto destrozándose, cada momento quitándote los deseos de
vivir. Me ha encantado la angustia que te causé. No sabes cómo me deleito en el
horror que se muestra en tus ojos cuando me ves y la desesperación de saber que
nadie más puede verme. Me fascina el dolor que sufres, la agonía de esta
tortuosa vida que te obligo vivir. Te he arruinado por completo. Estás solo y
abandonado.
Creo que empiezas
a dudar, considéralo, tal vez sea mejor apagar la luz y terminar con todo esto.
Ríndete al frío abrazo de la muerte, ¿no es acaso mejor la calma de la tumba a
vivir siempre atormentado por mi perversa presencia? Cuando termine con tu
cuerpo me apoderaré de tu alma. Poco a poco te arrastraré hasta lo más
profundo, donde tus pesadillas más horribles parecerán sueños dulces. Conocerás
dolor como nunca has sentido.
He esperado
tanto este momento. Una vez que la luz se apague, podré disfrutar de esta noche
como ninguna otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario