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lunes, 23 de julio de 2012

Canto a Calíope


Poema de Henry Rivas

















En las sombras que meditan mi deseo
Vuelvo los ojos hacia tu pecho dormido,
Y entretengo las lamentaciones en tus besos

Y cojo la fruta de tu vientre
Y las perlas de tu cuerpo.

Hoy, como la pasión de Cristo
He cuajado la pulcritud de un designio
Metafórico
He intentado la sutileza
Del guerrero vencido.

Hacia ti…
Hacia mí…
Con los oídos puestos en las campanas,
Aquellas infinitas,
Aquellas que nos acercan a la muerte
Aquellas que nos acercan  al olvido…

domingo, 22 de julio de 2012

CALÍOPE

Por Henry Rivas Sucari



Existes en las profundidades cavernosas de mis recuerdos
las telarañas caprichosas que corroen mis actos
existes
en cada voz
cada silbido que amordaza mi contemplación
y la herida azulada en mi corazón de gitano.

¡Oh  mujer!, este mundo es arrogante, hosco e infernal
tiende tus párpados para no ver
cierra el ombligo a la caverna y al hospicio
hunde tus manos en la suavidad de las luces de tu cuerpo
mujer, traviesa escondida, luminosa estrella
cómo he de protegerte entre el invierno liberno
de las cruxificciones de los amantes y los destellos,
las luces, las sombras entre el amanecer de  la muerte.

Yo te amo y tú me amas
me lo has dicho en las cargadas oscuridades de nuestros cuerpos
los mefistofélicos desgarros que provoca mi pasión compulsa
mi pasión enfermiza
abandonada sin remedio a tus senos.

Pequeña luciérnaga
voz entredicha
pasión convulsa
no detengas tu camino por los albores de mi penas
las telarañas caliopes
mi memoria sin raíz
mi silencio tenebroso
mi vacío en la nada.

Abre con una daga mi corazón de difunto
estrújalo en tu rostro
y atrápalo para siempre en tu memoria

jueves, 19 de julio de 2012

Un regalo para Clara














Un regalo para Clara

Albán Gutesp





















Cierto día David pensó que la mejor forma de llamar la atención de Clara era obsequiándole algo el día de su cumpleaños. Era miércoles y el evento sería el domingo.

- ¿Qué regalarle? - pensó toda aquella tarde a su regreso del colegio.

- Podrían ser chocolates o flores – se decía – Pero es común y se acabará rápido. Me gustaría darle algo para que me recuerde, algo que pueda usar siempre. – Y le pareció muy buena idea la que se le ocurrió, su obsequio sería un par de zapatos. – Es fuera de lo común y le servirán mucho – pensó.



A la mañana siguiente al salir del colegio fue rápidamente a una galería comercial que estaba cerca de allí y se pasó casi dos horas, sin importarle el hambre, buscando el par ideal. Al pasar por una vitrina encontró los zapatos más hermosos que haya visto alguna vez, tanto le gustaron que le hubiese querido encontrar un modelo parecido pero para hombres.

Eran de una textura como la piel del durazno y de un tono azul oscuro como la noche, no necesitaban pasador y tenia tacón bajo. Parecían cómodos y abrigadores.

- ¡Son perfectos para ella y le van a encantar!

Se acerco a la vendedora y le pregunto - ¿Cuál es su precio? – Sesenta soles – contesto amablemente la vendedora.

Por un momento dudó y se decía - ¿De dónde voy a sacar toda esa plata?... me tomaría casi un mes ahorrar y tendría que abstenerme de muchos gastos…y gustos – Aunque tenía un poco de desilusión caminó a casa pensando la forma de conseguir ese dinero.



Al llegar recordó que su vecino, los días que tenía libre salía a vender unos pastelitos que compraba en una panadería de por allí cerca y que los días que le iba bien ganaba unos cuarenta soles – Lo intentaré – se dijo a sí mismo dándose ánimos. Luego de comer, pues recordó que tenía hambre, salió a buscarlo. Se llamaba Juan, tenía 15 años y eran muy amigos.

Cuando Juan escuchó la idea decidió ayudarle y le comentó que justo al día siguiente iría a la panadería muy temprano porque ese día seria feriado y mucha gente iría a pasear por el centro y era la ocasión ideal para vender pastelitos.

- La gente se vuelve muy glotona los días feriados – decía – pero tienes que llevar veinte soles para comprar los pasteles – le dijo Juan, porque él solamente tenía capital para sí mismo, y afortunadamente eso era exactamente lo que David ya tenía ahorrado – ¡No hay problema! – respondió.



Con la excusa de pasar el feriado con unos amigos, salió temprano de su casa y fue con Juan a la panadería. Ahí les prestaban unas canastas para llevar la mercadería. Ya instalados en la avenida principal, uno a cada lado de la calle, comenzaron la jornada.

David con mucho entusiasmo y fe trabajó toda esa mañana, aplicó las recomendaciones que le dio Juan y a los dos les fue bien. Juan termino primero, como a la una de la tarde. David cerca de las dos. Logró reunir cuarenta y cinco soles y convenció a Juan de que le prestara el resto que necesitaba para completar lo que costaban los zapatos.

Luego de dejar las canastas en la panadería David no quiso esperar más y decidió ir a comprar los zapatos de una vez. Le agradeció a su amigo por la ayuda y se despidió de él.

Cuando estaba por llegar a la tienda sintió un empujón tan fuerte que cayó al suelo y vio que un chiquillo, que tendría mas o menos su edad, se llevo a toda prisa su mochila junto con todo el dinero que había ganado. No tardo mucho en reponerse de la impresión y comenzó a correr tras él. A pesar que el ladronzuelo le llevaba ventaja, David no lo había perdido de vista. Luego de correr casi siete cuadras él estaba exhausto y vio como el ladrón a lo lejos entró a una tienda - ¡Lo tengo! – y con un último esfuerzo corrió al lugar.



El ladrón compro algunas cosas, pensaba que David ya no lo perseguía. Pero cuando salió de la tienda se dio cuenta de que no era así y con la mochila al hombro y dos bolsas en la mano echó a corre nuevamente. Esta vez no fue difícil alcanzarlo, ambos estaban muy cansados. David se le echo encima y comenzaron a pelear, un rato después logro someter a su rival y le exigió que le devolviera el dinero.

-¡No lo tengo, no lo tengo! – le dijo el chiquillo que estaba en el suelo. Preocupado y olvidando un poco el enojo, David le insistió que le dijera dónde estaba.

- ¡Lo gasté! – le respondió.

- ¡¿Y en qué lo gastaste?!

- En comida.

David olvidó por completo el enojo y comenzó a sentir compasión.

El ladronzuelo, que se llamaba Jonathan, le dijo: Mi madre está enferma y no puede trabajar y mi hermanita tenía hambre, yo salí, tenía que hacer algo…

David lo soltó un poco y le pregunto: ¿Pero por qué robar?, pudiste haber trabajado como yo lo hice hoy.

- Sí, lo pensé, pero se demorarían en pagarme y necesitaba los alimentos ahora, además no hay quién pueda cuidar a mi hermanita. Es la primera vez que hago esto y mamá no sabe nada de esto. Lo siento, discúlpame. Devolveré lo que compré y te regresaré el dinero.

David no sabía si creer o no aquella historia y le dijo: ¡No vas a devolver nada!, quiero que me lleves a ver tu casa, quiero ver si es cierto lo que dices.

Jonathan se puso de pie y le insistió: ¡No por favor, devolveré lo que compré y te regresaré el dinero! – Pero David estaba decidido a regalarle el dinero si de verdad lo necesitaba. Le insistió con un poco de enojo: ¡Llévame a tu casa y lleva todo esto!

Sin decir una sola palabra Jonathan comenzó a caminar y unas calles después llegaron a una casa muy humilde, hecha de adobe y con la pintura muy gastada – Espérame aquí – le dijo y entró en seguida. Unos minutos después salió e hizo entrar a David.

- Ella es mi hermanita, se llama Betty – David la saludó tímidamente mientras ella disfrutaba de un vaso de leche con bizcochitos – Mi mamá está allí, está durmiendo. ¡Espero que le pase la fiebre con estas pastillas que le compré! Su nombre es Norma.

Jonathan seguía hablando, pero David pensaba en la dura situación de este chico y haciendo un pequeño esfuerzo le dijo: De acuerdo, está bien, quédate con el dinero pero tienes que prometer que no volverás a robar, sino que en vez de ello conseguirás un trabajo. Jonathan estaba avergonzado y asintió con la cabeza, enseguida David se fue.

Ya en la calle nuevamente, David comenzó a sentirse más tranquilo, recompensado por la sensación de haber ayudado a alguien que lo necesitaba; pero luego recordó su plan y se preguntaba qué haría ahora.

- ¡Hey, hey! ¡Chibolo, amigo! – Era Jonathan que venía tras él – te quería dar las gracias por lo que has hecho, ¿Cómo te llamas? – David - ¿Hay algo en que pueda ayudarte? – No te preocupes todo está bien – Pero, ¿para qué era el dinero? – David pensó por un momento si contarle o no la historia del regalo para Clara, pero finalmente lo hizo.

- ¡Yo te puedo ayudar! – le dijo con mucho entusiasmo - ¡Sí!, conozco a un señor que tiene una fábrica de zapatos y una tienda en la galería ¡Vamos! – David no tuvo tiempo para pensar una respuesta y solamente le siguió.

En el camino hablaron de muchas otras cosas y comenzaron a hacerse amigos.

Al llegar a la tienda David se dio cuenta de que era la misma en donde iba a comprar los zapatos. ¡Espérame! – Le dijo Jonathan y se fue a hablar con la vendedora - ¡Está en su taller! – Ya era tarde y David preguntó si demorarían - ¡corramos entonces! – contestó Jonathan

Cuando llegaron al taller encontraron al señor Mateo que era el dueño de la fábrica y la tienda y le contaron lo que había sucedido. El señor Mateo quiso hablar con Jonathan a solas unos minutos. David observaba a cierta distancia como el fabricante le llamaba la atención y que Jonathan se limpiaba las lágrimas, luego el señor Mateo abrazo fuertemente a Jonathan y le prestó su pañuelo.

Se acercaron nuevamente y se reunieron con David.

- David – le dijo el señor Mateo – podrás llevarte el par de zapatos que deseabas, Jonathan los pagará ayudándome y aprendiendo conmigo el oficio, fue él mismo quién dio la idea. Y creo que es lo justo, pues lo que tu sacrificaste por Jonathan ha de ser devuelto de la misma manera.

David casi no podía creerlo, agradeció a Jonathan por lo que había hecho y al señor Mateo por ayudarlos. Se despidió de ellos y prometió que vendría a visitarlos pronto.



Salió rápidamente hacia su casa, ya era de noche y su mamá estaba preocupada. Al regresar le contó todo lo sucedido y lo del regalo, a ella le gusto el gesto de David y como Jonathan le devolvió el favor y se ofreció a envolver el regalo.



La invitación para él y todos sus compañeros decía 7:30 pm; ya sabia lo que iba a vestir. Ahora imaginaba y ensayaba la forma cómo le entregaría el regalo.



Como no quería dar una mala impresión se esmeró por llegar temprano. Fue el primero en llegar. Lo recibió la hermana mayor de Clara a quién le sorprendió su puntualidad, le invitó a esperar en la sala especialmente preparada para aquella ocasión.

Se sintió un poco avergonzado por haber sido el primero en llegar, pero lo olvidó rápidamente. Lo único que lo ponía nervioso ahora era el momento de entregar el regalo.



No pasaron muchos minutos y salió Clara a recibirlo con tímida emoción. Estaba muy linda y por un momento David se quedó paralizado al verla llegar. Se puso de pie para saludarla.

- ¡Hola, feliz cumpleaños!

- Hola, gracias por venir – Respondió Clara. David no podía dejar de admirarla y sin darse cuenta no entregaba el regalo aún.

- Gracias por llegar temprano – Se podía notar cierta expresión de emoción tambien en ella.

- ¿Es para mí? – Preguntó Clara con timidez al tiempo que David volvia en sí.

- ¡Ah, sí, sí! Perdón, si es para ti.

- Gracias – lo recibió y se sentaron en el sofá.

- ¿Qué es?

- Bueno, solo te puedo decir que es algo con mucho cariño – Por un momento pensó si no había sido demasiado obvio con lo que dijo – Espero que te guste – Ella abrió el regalo y al verlo se sorprendió pues eran exactamente los zapatos que ella quiso comprarse desde hace mucho.

- ¡Están lindos, muy lindos, me gustan mucho! – David por dentro saltaba y gritaba de emoción.

- ¡Qué bueno! – Le respondió - ¿Puedo usarlos hoy? – Le preguntó Clara - ¡Por supuesto, son tuyos! - ¡Gracias David, era justo lo que yo quería!

David sintió mucha sorpresa y emoción por la coincidencia. Aquella noche en la fiesta conversaron bastante y de muchas cosas, y desde allí comenzó una linda amistad entre los dos que duraría para siempre.



sábado, 14 de julio de 2012

MAUCALLACTA







MAUCALLACTA
EL PUEBLO ANTIGUO DEL COROPUNA  
(PAMPACOLCA – AREQUIPA)

Artículo de Aldo Medina Gamero
Conocer la Historia es conocer nuestros antepasados, y poner en valor y realce de muchas vivencias y recuerdos, por los cuales se da luz a esta ciudad llamada Maucallacta - desconocida para muchos y conocida por pocos – pero siempre en importancia, ya que se sitúa en Arequipa ( tierra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán, Deán Valdivia, Mario Vargas Llosa, Mariano Melgar, Javier de Luna Pizarro, Pedro Paulet, Juan Gualberto Guevara, Honorio Delgado, Guillermo Mercado, etc.)
Maucallacta * que en quechua significa "pueblo antiguo" es un centro ceremonial-administrativo pre inca e inca, situado a unas 12 horas de la ciudad de Arequipa, cruzando Aplao, Yato hasta llegar a Pampacolca (Provincia de Castilla) - la tierra del precursor prócer Juan Pablo Viscardo y Guzmán creador de la Carta a los Españoles Americanos– y siguiendo el camino para llegar al pueblo de San Antonio a unos 3700 metros de altura donde se levanta esta construcción y al frente el imponente volcán nevado llamado Coropuna (Apu sagrado en la parte sur del Perú) (fig. 1).





 Figura 1 – Pampacolca. Vista de la carretera rumbo a San Antonio (foto de Aldo Medina)
Este centro Ceremonial – administrativo fue dada a conocer por Eloy Linares Málaga y actualmente con un estudio de mayor amplitud de Mariusz S. Ziólkowski, Maciej Sobczyk y Luis Augusto Belàn Franco (participación de la Universidad de Varsovia y la Católica Santa María). El complejo tiene una extensión de 45 hectáreas, de las cuales el de mayor interés ocupa casi 25 hectáreas; compuesto por una plaza, 5 kallankas, ushnu, kanchas.
Es de importante mencionar que en esa zona de Castilla y Condesuyos se encontró más de 120 complejos arqueológicos pre-inca como inca, y siempre con un simbolismo hacía dos grandes Apus como el Solimana y Coropuna (fig. 2), valga decir, el factor importante de la presencia de dualismo que se tenía presente y el rendir culto a un Dios que lo expresaban como su oráculo a lo que indica Cieza de León en su crónica y ,mencionado por Marco Curatola y Mariusz S. Ziólkowski en “Adivinación y oráculos del mundo antiguo”(2008).
“ Que había por nombre Coropuna, en un cerro muy grande cubierto a la continua de nieve. Y los reyes del Perú con lo mas principales del visitaban este templo haciendo presentes y ofrendas como a los ya dichos; y tiénese por muy cierto que, de los dones y capacocha que este templo se le hizo, había muchas cargas de oro y plata y pedrería enterrado en partes que de lo que no se sabe y los indios escondieron otra suma grande que estaba para servicio del ídolo y de los sacerdotes y mamaconas, que también tenía muchos al templo; y como haya tan grandes nieves, no suben a lo alto ni saben atinar a donde están grandes tesoros…”











Figura 2 – Maucallacta. Vista del imponente Coropuna (foto de Aldo Medina)
Este complejo está constituido por 8 plazas en las cuales se tiene una visión del contorno a lo natural, por un lado el Coropuna y por otro lado el pueblo de San Antonio y Pampacolca. A la entrada por un camino agreste (fig. 3) encontramos una gran plataforma (planicie) donde se practica ceremonias y en el medio un ushnu (plataforma elevadas como altares donde se realizaban ofrendas liquidas - chicha o sangre de los sacrificios- para que sean filtradas por las piedras hacia el interior de la tierra o también era un adoratorio destinado al culto solar de donde los altos funcionarios dirigían ceremonias político-religioso) (fig. 4).
 













                                                                                         Figura 3 – Maucallacta y la entrada a la plaza (foto de Aldo Medina)









                Figura 4 – Maucallacta .Vista del Ushnu en el medio de la plaza (foto de Aldo Medina)
A lado derecho se hallan las Kallankas (edificios de techo a 2 aguas que servían como almacenamiento, o ceremonias menores, como indica Mariusz S. Ziólkowski:
“ Entre los edificios destacan cinco de gran tamaño (de más de 20 m. de lado), de los que el mayor tiene 56 m. por 10 de ancho provisto de 4 puertas: las estructuras en cuestión se han interpretado como kallankas, la cantería de estos edificios indica que en su construcción tomaron parte artesanos imperiales”.(fig. 5).




                Figura 5 – Maucallacta .Vista de la Kallanka  (foto de Aldo Medina)
En la parte posterior encontramos colcas que servían como almacenes para la población que estaba distribuida en el Hurin (abajo) y muy cerca de ahí una pirámide trunca donde se realizaba algunos rituales al Apu.
En el 2009 en una entrevista a un diario local, Sobczyk añade que el origen de Maucallacta es anterior a la presencia de los incas en el Perú. “Sin embargo el tallado en las puertas de ingreso de algunas de sus construcciones permite saber que el imperio, en su afán expansionista, llegó y asumió su conducción tanto en la construcción de nuevos edificios así como en la devoción a los apus”, acotó
Como indica Sobczyk y la pregunta abierta ¿Es Maucallacta el oráculo y santuario principal de la montaña Coropuna? Las investigaciones al caso se darán con el transcurrir del tiempo, solamente incurrir que la Historia Peruana es tan exquisita que irradia la ilusión de alguna vez de dar a conocer más estos descubrimientos, y gracias por la ayuda del Sr. Luis Huamanì (guía y vigilante de este recinto) que dio algunos alcances sobre el lugar y sus pobladores.(fig. 6).


        Figura 6 – Maucallacta .Vista de la colcas con el guía Luis Huamanì  (foto de Aldo Medina)

*Maucallacta encontramos también en Puica (Cotahuasi), Cusco, etc.