Poema de Henry Rivas
En
las sombras que meditan mi deseo
Vuelvo
los ojos hacia tu pecho dormido,
Y
entretengo las lamentaciones en
tus besos
Y
cojo la fruta de tu vientre
Y
las perlas de tu cuerpo.
Hoy, como
la pasión de Cristo
He
cuajado la pulcritud de un designio
Metafórico
He
intentado la sutileza
Del
guerrero vencido.
Hacia
ti…
Hacia
mí…
Con
los oídos puestos en las campanas,
Aquellas
infinitas,
Aquellas
que nos acercan a la muerte
Aquellas
que nos acercan al olvido…
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