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sábado, 21 de abril de 2012

EL MACHAYPUITO: ENTRE LA LEYENDA FICTICIA Y LA REALIDAD LOCAL


 Por: Miguel Gonzales Corrales.
Cuando alguien escucha una leyenda no puede evitar preguntarse cuánto de verdad o exageración tiene o si realmente sucedió lo que se cuenta.  Pero para ello hay que saber qué es una leyenda en el marco de la tradición y narración oral, qué funcionalidad tiene dentro de la literatura, en el género de la narrativa. Para ello voy a deslindar algunos conceptos: la Real Academia de la Lengua Española tiene siete acepciones referidos a la Leyenda, pero la que se refiere a la iliteraria es la acepción cuatro que dice: Relación de sucesos que tiene más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos (1). Según varios estudiosos de la literatura confirman que la Leyenda es un relato extraordinario o fantástico, pero con un trasfondo histórico que ha ocurrido en tiempos lejanos y en un lugar determinado (2). Posteriormente, la Teoría Literaria consideró a la leyenda como parte de la clasificación que pertenece al género narrativo. Es decir, ambos conceptos provienes de hechos acaecidos en un determinado lugar que fueron contados por los hombres de generación en generación, hasta que una persona relacionada al mundo de las letras puede rescatarlo y hacerlo conocer, por medio de las escritura, a un público masivo, como siempre ha sucedido, en muchos casos, alrededor del mundo; y en nuestro medio peruano, José María Arguedas y Francisco Izquierdo Ríos, son los más destacados al respecto, al rastrear leyendas andinas (3).      
Sin embargo, hubo una leyenda que existió porque los pobladores, descendientes de aquellas personas lo reafirman sin mostrar engaño alguno, porque relatan el origen o fundación de su pueblo.  La leyenda a la que me refiero sucedió en un pueblo en el interior de la provincia de Condesuyos, en Arequipa.  A esta leyenda se la conoce con el nombre del Machaypuito. Esta historia ocurrió aproximadamente en el siglo XVI (entre los años de 1640 a 1650, aproximadamente), en un pueblo llamado Huamanmarca que hoy es ruinas, según he podido rastrear su origen.  Esta historia cuenta que en aquellos años una epidemia brotó y mató a muchos de sus pobladores. Uno de esos fallecidos fue una joven mestiza llamada Ana María Suelles quien mantenía un amor apasionado con el sacerdote del pueblo: Gaspar Angulo. Éste, en esos momentos infaustos, se encontraba en Arequipa atendiendo una diligencia religiosa. Cuando el cura retornó a Huamanmarca, se enteró lo que había sucedido. Su reacción fue una demencia total y de inmediato se dirigió al cementerio, cavó la tumba de su amada Ana y la extrajo, llevándosela a la iglesia con cuidado, sentándola en el centro del templo, en una silla lujosa, para luego perfumarla y vestirla con lujo. Después cogió una quena y tocó dentro de un cántaro grande la canción que por su contenido era prohibida, esa melodía se llamaba el Machaypuito (que en quechua significa infierno aterrador). Según se dice, el cura perdió la razón y noción de la realidad. Los pobladores, entre mestizos y españoles, unos aprobaban esa actitud y otros la rechazaban con pleitos verbales y físicos. Transcurrieron tres días hasta que la pestilencia de la muerta causó malestar y enfermedad. Tan atroz fue esto, que cuentan que los santos salieron huyendo de la iglesia por las ventanas espantados por ese horror y que el Diablo se llevó a los infiernos a la muerta y al sacerdote, eso dice la tradición oral, porque sus cuerpos nunca fueron encontrados. Producto de esto, las personas de Huamanmarca se marcharon y fueron a poblar otros lugares siguiendo, según ellos, a los santos que huyeron de la iglesia. Esas gentes fundaron tres pueblos en diferentes sitios: Salamanca, Andaray y Yanaquihua, actualmente distritos de la provincia de Condesuyos, cuya capital es Chuquibamba (4).
 Su difusión de una u otra forma pudo ser oída por algunos hombres de letras, como por ejemplo Ricardo Palma, en las “Tradiciones Peruanas” (5), tiene una tradición llamada “Machaypuito” en la que menciona esta leyenda con algunos datos incorrectos y equívocos, porque deduzco, no tuvo conocimiento exacto de dicho suceso por vivir en Lima, muy lejos del escenario original, en aquellos años. Otro escritor peruano que también lo menciona es Ciro Alegría, en las primeras páginas del primer capítulo de “Los perros hambrientos” (6), con detalles ambiguos a través de dos pastores, Pedro y Antuca, quienes lo comentan sólo porque él lo oyó en algún lado que no precisa. También un amigo, en la Universidad San Agustín, me refirió algo parecido a lo que venimos tratando, su narración fue incompleta, pero la sabía de algún lado que no me dijo. La leyenda del Machaypuito, como se la conoce, tiende a ser mencionada en varios lugares.
 Llegó a mí porque de chico iba de visita al pueblo de Andaray, tierra natal de mi madre, a visitar a mis abuelos. Esta historia siempre se las oí contar a los muchachos y a la gente mayor y creían tanto en ella, pues afirmaban que Huamanmarca era el origen de su pueblo y esa idea no se las hará cambiar nadie. Además, refieren que cuando uno está en las ruinas del pueblo de  Huamanmarca, se puede escuchar algunas voces de gente que vivió allí o quizá (pienso yo) sea el sonido del viento que choca con algunas rocas.

CONCLUSIÓN
1º Entonces, la leyenda es una historia que vincula al hombre con la naturaleza, su entorno social y exageraciones que se agregan a un acontecimiento; o algún tipo de espejismo que haga observar a las personas lo que no es por la situación que viven.
2º La leyenda son hechos que sucedieron en la realidad, con fechas y personas que sí existieron, pero ese toque de hechos maravillosos es una tradición de la exageración para nutrir de fantástico su relato porque el hombre, como ser pensante, siempre ha creído en lo sobrenatural de uno u otro modo, según su concepción religiosa, moral, ética, social, cultural, etc.
3º Por estas razones, las personas vinculadas a las letras, al escuchar las diferentes leyendas que existen en nuestro mundo, por su atractiva historia, deciden escribirlas para comprender más una cultura, para apreciarla o amarla y para darla conocer con la finalidad de que sí existe en tal o cual región, pueblo o país.
4º Por ende, me satisface saber que, por circunstancias familiares, he encontrado fortuitamente el origen de esta leyenda que es muy referida, aunque de modo vago, por personas de diferentes zonas del Perú.
4º Finalmente, como hombre de letras que soy también, escribí esta leyenda como un cuento en mi segundo libro, de acuerdo al conocimiento que tengo en documentos y testimonios orales, porque si no creemos y entendemos lo que escribimos no se habrían creado obras literarias que hubieran perdurado a través de los tiempos en la memoria de los hombres.
NOTAS
  1. REAL ACADEMIA de la Lengua Española, T. 12, Vigésima Segunda Edición, Madrid, 2005.
  2. Autores varios.
  3. José María Arguedas, “Mitos, leyendas y cuentos peruanos” (coautoría con Francisco Izquierdo Ríos), 1947, “Cuentos y canciones del pueblo quechua”, 1949, “Cuentos religiosos- mágicos de Lucanamarca”, 1960-1961. Traducido del quechua al castellano “Dioses y hombres de Huarochirí” 1966.
  4. “HISTORIA del distrito de la Santísima Virgen del Carmen, de Andaray y provincia de Condesuyos”, autores varios, 1986.
  5. Ricardo Palma, “Tradiciones Peruanas”, T. 2, Edit. Océano, Madrid- España, 1990.
  6. Ciro Alegría, “Los perros hambrientos”, cap. I Perros tras el ganado, Edit. Seix Barral, Madrid, 1985.






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