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miércoles, 25 de febrero de 2009

POESÌA DESDE LA POESÍA DE ABEL RUBIO

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Miguel Gonzales
ollantayaqp@hotmail.com


PREÁMBULO


El poeta Abel Rubio posee una marcada trayectoria literaria, desde su primer libro “Estancia en los árboles”, que fue leído por Alberto Hidalgo, hasta su última producción “El corazón del poeta”, ha trabajado en el género que más le encanta: la poesía. Posteriormente fue publicando libros de un valor interesante y en cada trabajo se percibe su mejoría y la expresión subjetiva de gran sentimiento.
Libros como “El rostro alucinado”, “Fui ateo en la viña del señor” o su último libro “El corazón del poeta” nos muestran ese desborde de verbo, entrelazadas con oraciones cuyos significados extraterrenales, sólo puede crear un poeta de vasta experiencia. Y como cada escritor tiene su mejor obra, estoy seguro que ese libro es “El señor de Sipán”. Libro que alberga poesías de un hondo sentimiento, a nuestros orígenes precolombinos, sin duda una joya de la literatura arequipeña, de Perú. El tiempo le reconocerá como uno de los libros más importantes de la Poesía Latinoamericana.

LA POESÍA


Para referirse a todos lo libros poéticos de Abel Rubio tendría que abordar un amplio campo de estudio. Sin embargo, ahora me dedicaré a hablar del último “El corazón del poeta” (2008).
Este libro que alberga tres partes: En nombre de la vida, En nombre de la muerte y En nombre del poeta, nos muestra características resaltantes, como poemas escalonados y un alusión constante al mar. Posee también un estilo peculiar, de temas sensibles, mostrando ese interés por la vida vivida, la muerte que ensombrece el cuerpo, el pensamiento y el amor depurado por la poesía y la esperanza.
La primera parte: En nombre de la vida, nos da a conocer, a lo largo de sus trece poesías, el despertar de nuestra existencia. El poema que inicia el libro “Vida”: “vida/eres todo lo que amo/y que me deja”, alude al calor, al fervor de nuestra existencia, que nos va a llevar a conocer lo que el poeta sueña y desea ( o quizá deseó en su vida) y los poemas escalonados serán como una introducción al siguiente poema que expresará con más profundidad su contenido. Por lo tanto, estas poesías son el reflejo del poeta que poema, como lo manifiesta, como un personaje más que discurre a través de la vida, en sus diferentes experiencias.
La segunda parte: En nombre de la muerte, como lo refiere el título, habla sobre el temor a la muerte que siente el poeta. Desde ya nos da la idea de los versos que seguirán. Lo primero que encontramos es que el poeta menciona a la muerte como un ser a quien se refiere y lo escucha para expresarle sus temores, sus dudas y los rastros que ha de seguirle; incluso la Muerte es poseedora de una indumentaria, que el poeta parece conocer con la metáfora, que la describe y que va vagando en nuestro mundo terrenal: “a veces/ detiene su marcha/ para beber de mi sangre/ su existencia”.
En la tercera parte “En nombre del poeta”, leemos unos versos cargados de delicias paradisíacas, ese rumor de conocer y contemplar lo que existe en el mundo para luego trasladarlo a la poesía. Con una sensibilidad que es acariciada por la brisa marina y ese mar inmenso del que habla a cada momento, con encanto sublime, para que en esta parte final, podamos sentir la esperanza de seguir gozando de nuestras vivencias: “y yo poeta/ consagro el vuelo de las aves/ en nuevos firmamentos/ y doy entendimiento/ a sus confines”.

CONCLUSIÓN

Sólo me detendré a decir que Abel Rubio, como se indicó en un inicio, merece nuestra atención por la forma del verso escueto y la indagación en la lírica, en sus diversas manifestaciones de métrica y porque sus experiencias tienen sustento en la poesía que escribe.




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