Por: Miguel Gonzales Corrales.
1. INTRODUCCIÓN
John
Ronald ReuelTolkien, quien es conocido en la literatura mundial como J. R. R.
Tolkien, es sin duda, uno de los escritores más difundidos en los últimos
tiempos gracias a sus novelas que fueron llevadas al cine: El señor de los anillos y,
hoy en día, El hobit. Luego
que terminara la Segunda Guerra Mundial, el caos y la desolación se apoderaron
en varias ciudades de Europa, cuyos habitantes, entristecidos y pobres,
tuvieron que sobrevivir ante tan magna masacre para empezar de nuevo una vida e
intentar olvidar la pesadilla que vivían en ese instante de 1945. Ante tanta
desgracia, la literatura europea se vio interrumpida por tales hechos bélicos.
Algunos escritores, sirvieron en el ejército de sus respectivos países para
defender la causa que su ideología les permitía aceptar. Tampoco se pudo
otorgar Premios Nobel de Literatura, por la misma razón en 1941, 1942, 1943,
años en la que la guerra estuvo en su mayor trance.
Luego
de la caída de Hitler y Mussolini en 1945, el ambiente cultural, en varios
países, se reorganizaba. Muchos escritores que participaron en la guerra comenzaron
a escribir manifiestos, novelas y cuentos sobre esas experiencias
atormentadoras que pudieron vivir. A través de sus ficciones, mostraron la realidad
de la que fueron testigos; hubo denuncias narradas desde distinto punto de
vista, manifestando sus ideas y sentimientos políticos, ya sean a favor o en
contra de alguien, cuyas escenas tenían en común la crueldad de la guerra. Sin
embrago, dentro de conglomerado de autores que iniciaron a escribir sobre el
tema de la guerra, hubo algunos que quisieron mostrar otro mundo paralelo que
no narrase la destrucción que la guerra arrastraba. Más bien, contaron otras
ficciones llenas de fantasía y ensoñación
para que los lectores olvidaran, por un momento, la desgracia que dejó
el conflicto europeo. Estos escritores fueron C. S. Lewis y J. R. R. Tolkien,
por eso, este último, siempre dijo: “Que su mejor interés es trabajar para los
lectores”. Es así, que ambos autores inician, cada uno, a su manera, sus
historias. Lewis y Tolkien se conocieron
y estudiaron juntos en la universidad de Oxford, en Londres
(Inglaterra). Los dos compartieron los mismos temas para narrar sus historias: las
mitologías griega y nórdica. De ello, se deprende que Lewis haya escrito su
saga de Las crónicas de Narnia, con
personajes de la mitología griega, y Tolkien, haya preferido la nórdica en sus novelas El Hobit, Los hijos deHúrun,
El señor de los anillos y El Sarmarilion. Para esto, ambos amigos
estudiaron todo respecto a dichas mitologías, agregando en sus obras
conocimiento filosófico, ligado a la
leyenda y la historia, para crear así novelas de arte, con un estilo propio,
manejando en su narratología las técnicas modernas, combinándolo con el estilo
del siglo XIX.
2. EL
GUSTO POR LA HISTORIA Y EL MITO
Tanto
Lewis como Tolkien, en la universidad, como amigos, leyeron e investigaron
sobre las mitologías griega y nórdica, por lo que, les entusiasmó mucho.
Entonces, decidieron escribir sobre esos temas, creando, desde luego, sus
propias ficciones, muy alejadas de territorios reales que alguna vez
existieron. Para esto, Tolkien abordó aspectos de la historia, creó su propio
mundo narrativo-ficcional, muy alejado de los escritores europeos que narraban
en sus obras históricas sobre la Europa medieval, desde que la inicio Walter
Scott. Dichos autores empelaron territorios, lugares y pueblos que existieron
en el pasado y que la historia da fe de ello. No obstante, Tolkien, ideó algo
diferente. Se alejó de estos lugares históricos por lo que la Edad Media para
Tolkien se convirtió en su Tierra Media. Por estos temas Antonio Martínez
Manchén dice al respecto: «… la novela histórica medieval encontró un autor
capaz de renovarla y devolvernos una Edad Media, tan convincente como la de
Scott, aunque vista de una perspectiva totalmente diferente, nos referimos a
John Ronald Tolkien y su trilogía de “ El señor de los anillos.”» (1)
Este
escritor nació en la localidad de Bloemfontein, Sudáfrica en 1892, participó en
la Primera Guerra Mundial, de padres ingleses. Luego de una primera ida a
Londres retorna a Sudáfrica; posteriormente, con su familia, nuevamente, vuelve
a la capital inglesa. Aquí termina sus estudios escolares y universitarios.
Posteriormente, se desempeñó como profesor de Lengua Inglesa en la universidad
de Oxford. Por esta etapa le interesó el estudio de las mitologías europeas,
hasta su muerte, que ocurrió en 1973.
Los
inicios para escribir sobre sus temas narrativos se da en 1925 cuando publica
una historia llamada “Sir Gawan y el caballero Verde” (2). Lo particular de
Tolkien, a diferencia de su amigo Lewis, es que le interesó narrar historias
basadas en la mitología nórdica y la gente que habitaba esos lugares, sobre
todo, sus creencias y cuentos populares, tales como Trolls, Gnomos, Elfos,
Duendes, Enanos, todos, desarrollados en mundos oscuros, propios de estas
leyendas pueblerinas, donde estas criaturas poseen ciertos dones de magia y
elementos sobrenaturales (3). Incluso, las letras que aparecen adentro del
anillo que Frodo tiene que llevar a Mordor para destruirlo están escritas en
una antigua lengua muerta llamada Rúnico que alguna vez existió en tribus de lo
que hoy es Alemania. Estos elementos juegan un papel trascendental para la
creación de toda esa fastuosa obra que se desarrolla en un mundo novelado que
tiene su origen en El hobit y
finaliza con la trilogía de El señor de
los anillos y que tuvieron un origen anterior con El Silmariliom, La aventuras
de Tom Bombadil, Eligio, el granjero
de Ham y El herrero de Wotton Malor.
Todos estos personajes que no son más que seres pueblerinos, de aldeas y comarcas,
nos da más una idea del aprecio y admiración que Tolkien sintió por el campo y
la naturaleza tal como lo deseó en su momento y no un mundo contaminado por la
guerra (4). En todo este cosmos tolkiano, el artista creador, fábula y plantea
perlocutores amenos y sencillos, con una narratología simple, para que sus
textos sean leídos por un público en general y no sólo por académicos.
Esto
del público en general, es muy importante, ya que cuando Tolkien empezó a
publicar sus relatos, la gente que lo leía empezó a admirar toda esa creación
literaria, grandiosa y memorable, ya sea por sus personajes que hicieron de sus
libros una especie de culto y reverencia (5). Por ello, en plena Segunda Guerra
Mundial, tanto Tolkien y Lewis, vivieron una gran catástrofe, fueron testigos
de la destrucción de varias ciudades, por lo que los dos amigos, iniciaron a
escribir obras de fantasía que se alejaran de la masacre que se vivía en
aquella época. A la vez, estos elementos de fantasía eran una protesta contra
la guerra al escribir sobre un tiempo
que interrumpe la realidad bélica, para ir más allá de la maldad, para salir de
lo ordinario. Esta ideología de Tolkien, sumado a que sus libros son escritos
para todo tipo de lector, son su mayor prioridad; así como alguna vez escribió
para sus hijos unas cartas donde les narraba las peripecias que le pasaba a
Papá Noel en el Polo Norte y a los duendes que le ayudaban (6).
También
hay que notar que en la Tierra Media (Edad Media) de Tolkien, siendo él
católico, en su mundo narrativo, no existe ni la más mínima idea de un Dios
cristiano, ni rastros que alguna vez existiera. Su obra, hondamente
anticatólica, es solo la existencia de sus personajes en un vivir diario donde
tienen que existir de acuerdo a los acontecimientos del día a día, en donde se
miden solamente las acciones buenas y malas, conocidos por todos. Esta
diferencia medieval es muy diferente a la que se escribió de la Europa antigua, donde el catolicismo reinó
por muchos siglos. Es por estas razones que Tolkien hace una obra genuina y
libre de ataduras, donde el clero no impone su dominio sobre los demás como lo
hizo durante esa nefasta Edad Media que eliminó a personas sabias y un gran
conocimiento en documentos que hizo quemar La Santa Inquisición. Todos los aportes, antes
mencionados, sin lugar a dudas, es el Leiv
motiv de sus cuentos y novelas.
3. EL
CINE
La
obra de Tolkien, sobre todo, en países de Latinoamérica, África, Asia y parte
de Europa, recién se hizo conocida a través del cine. Cuando publicó sus
libros, fue apreciado en algunos lugares de Inglaterra, Francia y difundido por
sus seguidores. No obstante, las primeras apariciones cinematográficas de la obra
de Tolkien fueron por 1978 con una versión breve de El señor de los anillos; y en 1980, una filmación del El hobit, cintas que no tuvieron mucha
trascendencia, pues la empresa cinematográfica no tenía una buena tecnología y
difusión como de las que hoy en día goza.
Sin
embrago, la versión de El señor de los
anillos, a partir de 2001 con La
comunidad del anillo; Las dos torres,
2002; El retorno del rey, 2003
(quien obtuvo 11 premios Óscar), fueron los filmes más difundidos. Desde
entonces, se comenzó a saber quién era Tolkien y la valiosa obra que había
dejado en vida. Así, supimos que su literatura estaba cargada de mundos ignotos
y misteriosos. En consecuencia, su gran genio literario, continuó difundiéndose
en el cine con la película El hobit 1 y 2, (2013 y 2014, respectivamente) de la
cual se pretende hacer otra trilogía siguiendo el discurso de la novela como
pude observar. Pero valga verdades, el cine no muestra la fidelidad que cuenta
la misma novela, ya que hay escenas, incluso importantes, que no se ven en la
pantalla grande. En mi opinión, recomendaría, leer la obra literaria porque
aquí se aprecia mejor el arte y la belleza de lo que su autor quiso dar a
conocer, ya que el cine, solo es una versión visual, con efectos y sonidos
grandiosos, pero que no iguala la importancia de lo que la literatura ofrece.
Finalmente,
quiero explicar que la obra de Tolkien, llena de mitología, leyenda y fantasía,
propias de su creencia medieval y nórdica, de características inimaginables, en
un mundo sin fronteras, hace de este escritor de lengua inglesa, de su
literatura, uno de los paradigmas de la fantasía del siglo XX, por un discurso
literario cargado de descripciones, mostrando una concepción convincente de
mundos surrealistas, llenos de oraciones, cuyos párrafos muestran una importante
consistencia que define a unos personajes bien caracterizados, sin dar pie a
ambigüedades.
4. CONCLUSIÓN
Sólo
me cabe agregar, que la obra de Tolkien debe ser más difundida por los estudiosos
y académicos de Literatura para referir la valía de este escritor en la
percepción de una ideología que muestra que no sólo de las catástrofes reales
se puede hacer literatura.
NOTAS
1.
“La
novela histórica sobre la Edad Media”, Editorial Legasa, Madrid- España, 1984.
2.
Esta
historia, inventada, en un inicio se las contó a sus hijos, a quienes hacía
dormir con ellas, ya que no tenía otro medio de acunarlos.
3.
Como
dicen Julio César Santoyo y José C. Santamaría en Sobre la obra de Tolkien: “Su contacto permanente con los relatos
épicos de leyendas, civilizaciones paganas y paleocristianas y el encanto
romántico de algunas vidas entregadas a ideales heroicos”.
4.
Cuando
se lee en las páginas de sus cuentos y novelas, uno se da por enterado algunos
lugares de su invención que describen paisajes de ensueños, como paraísos utópicos,
que hoy en día, ya casi no existen.
5.
http:/es.wikipedia.org/wiki.
6.
Cartas
de Tolkien que se publicaron póstumamente
en 1981.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ENCICLOPEDIA
SANTILLANA, “Arte y literatura”, Lima- Perú, 2003.
MARTÍNEZ
MANCHÉN, Antonio, “La novela histórica en la Edad Media” Editorial Legasa,
Madrid- España, 1984.
PÉREZ,
Julián, “Teoría literaria”, Editorial San Marcos, Lima-Perú, 2010.
SANTOYO,
Julio César y SANTAMARÍA, José María, “Egidio, el granjero de Ham y otros
cuentos”, prólogo a esta edición, Ediciones Minotauro, Barcelona-España, 1981.
VAN
DICK, Teun, “Estructuras y funciones del discurso”, Ed. Siglo XXI, España,
1998.
http:/es.wikipedia.org/wiki.
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