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martes, 7 de enero de 2014

EMILIO SALGARI: EL COMPROMISO CON LA LITERATURA


Por: Miguel Gonzales Corrales.




Uno de los escritores que ha tenido mayor acogida en el campo de la literatura en el siglo XIX, es sin lugar a duda, Emilio Salgari. Nació en Verona, Italia, el 22 de agosto de 1862.  Nació en una familia de pequeños comerciantes. Su madre una dálmata, en quien el pequeño Emilio encontraría las bases para sus futuras historias, en lo países lejanos, en relación a la antigua Europa. Aquello lugares de selvas vírgenes, mares infinitos, donde habitaban gente, con historias propias, de costumbres y culturas diferentes.
Pienso que Salgari fue un escritor comprometido con la literatura, no por la vastedad de las 105 novelas que escribió; sino, en esencia, porque cada historia que narra, nos da a conocer muchos parajes, no sólo en sus dos más grandes obras, “Sandokan” y “El corsario negro”, por las que se le recuerda.
Además, este escritor, quien figura dentro de la novela de ti8po de Aventuras, hay qu8e mencionar la grandiosidad de las descripciones conque cuenta y narra cada sitio al que se refiere, con una caracterización de personajes bien definidas, como si el mismos Salgari hubiera estado presente en cada una de sus propias ficciones, como observador de todo, ya que la manera de fabulación, en relación a los temas tratados -sigo creyendo- , es asombrosa.
La técnica literaria de este novelista es rápida, amena y ágil, que mueve cada escena y hechos con una precisión exacta, una estructura poco frecuente que encantó al público lector y a las producciones cinematográficas. Un escritor italiano que –a mi juicio-  mantuvo una línea literaria muy aceptable, aunque el pre3juicio  de otros literatos respetables, no le dedicaron la importancia, ya que sus orientaciones nunca estuvieron de acuerdo a lo que escribieron D’nuncio, Dante, Boccaccio, Carducci, Leopardi, Pirandello, Calvino, Moravia, Dario Fo, Tabucci o los escritores del Verismo dieciochesco. Desde luego, no se puede negar la capacidad y alto nivel literario de éstos, desde su punto de vista ideológicos, pero Salgari, no tiene menos mérito que ellos. Por ende, quizá el aspecto más sencillo y aventuresco haya sido el motivo por el que se le relegó en los manuales de literatura de mayor prestigio y poca asertividad en la crítica literaria de los más especializados. Yo también soy especialista en Literatura y crítico, a la vez, por lo que elevo la labor literaria de Salgari. He leído sus novelas, a la vez que me cercioraba de su estilo sui generis, la técnica conque contaba cada una de su obras, que no son ínfimas, de ningún modo.
También el trabajo de Salgari va mucho más allá de la simple aventura, y como muchos otros escritores que abordan la historia, este escritor  es uno más de ellos, algo semejante al estilo narrativo de Walter Scott. Así, con el compromiso literario que lo caracterizaba, Salgari aborda temas  de la historia, en novelas claves, , que no han sido muy difundidas, quizá por desconocer de ellas, como en los títulos de “La capitana del Yucatán”, “Los hijos del faraón”, “El tesoro del presidente del Paraguay”, “El capitán Tormenta”, y sobre todo, “El León de Damasco”. Es sabido que Salgari tocó el tema de la historia de acuerdo al conocimiento que poseía de la época y de los conflictos de los cuales tuvo noticia, previa documentación, para luego llevarla al plano de la literatura, con un  estilo exquisitamente bien narrado, con historias de la mejores. Este aspecto es menos conocido en su carrera literaria, ya que fue absorbido por sus personajes de piratas y corsarios. Incluso, la labor de Salgari, es tan constante, que muchos lo han considerado el sucesor de Julio Verne, pues de alguna manera, recibió influencia del escritor francés, al escribir libros con títulos como “El tren volante”, “La travesía del Atlántico en globo”, “Dos mil leguas bajo América”, “Las maravillas del año 2000”; pero la diferencia es que Salgari tocó temas que existieron en el siglo XIX. En cambio Verne –en algunas novelas-, ya narraba Ciencia Ficción.
Como se ha visto, hasta aquí, Salgari, a través de sus historias, nos informa, también, de hechos que sí sucedieron realmente como el caso de “La capitana del Yucatán”, que nos refiere sobre el conflicto, casi al detalle, que tuvieron Estados Unidos  y Cuba, alrededor de la isla, sólo le faltó mencionar la participación del poeta José Martí (seguramente porque ignoró la existencia de este líder cubano).  Otro caso es “El León de Damasco”, donde narra los hechos que se suscitaron cuando los turcos  tomaron el fuerte de Famagusta, en Chipre, en el año de 1571, en la batalla de Lepanto (¿acaso no participaba en ese momento Miguel de Cervantes Saavedra, a quien apodaron el Manco de Lepanto?).
Finalmente, Emilio Salgari, que debió tener una vida cómoda, tuvo un final mísero, con ceguera, su esposa que terminó en un hospital  porque su locura la consumió totalmente. Antes de esto, había dejado tres breves cartas: Una a sus hijos, en la que se lee su quebranto por abandonarlos; otra, a os directores de los periódicos de Turín para que ayuden a sus hijos económicamente; y a sus Editores, para que l0o entierren pobre, pues… “enriquecidos con mi sudor y manteniéndome a mí y mi familia en una continua miseria o algo peor…”, dirá después. Fue encontrado por Lugia Quirico, un  leñador, en un bosque de Turín, con una navaja de afeitar, manchada de sangre, un 25 de abril de 1911.







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