Por: Miguel Gonzales Corrales.
Uno de los escritores que ha tenido mayor acogida en el
campo de la literatura en el siglo XIX, es sin lugar a duda, Emilio Salgari.
Nació en Verona, Italia, el 22 de agosto de 1862. Nació en una familia de pequeños
comerciantes. Su madre una dálmata, en quien el pequeño Emilio encontraría las
bases para sus futuras historias, en lo países lejanos, en relación a la
antigua Europa. Aquello lugares de selvas vírgenes, mares infinitos, donde
habitaban gente, con historias propias, de costumbres y culturas diferentes.
Pienso que Salgari fue un escritor comprometido con la
literatura, no por la vastedad de las 105 novelas que escribió; sino, en esencia,
porque cada historia que narra, nos da a conocer muchos parajes, no sólo en sus
dos más grandes obras, “Sandokan” y “El corsario negro”, por las que se le
recuerda.
Además, este escritor, quien figura dentro de la novela
de ti8po de Aventuras, hay qu8e mencionar la grandiosidad de las descripciones
conque cuenta y narra cada sitio al que se refiere, con una caracterización de
personajes bien definidas, como si el mismos Salgari hubiera estado presente en
cada una de sus propias ficciones, como observador de todo, ya que la manera de
fabulación, en relación a los temas tratados -sigo creyendo- , es asombrosa.
La técnica literaria de este novelista es rápida, amena y
ágil, que mueve cada escena y hechos con una precisión exacta, una estructura
poco frecuente que encantó al público lector y a las producciones
cinematográficas. Un escritor italiano que –a mi juicio- mantuvo una línea literaria muy aceptable,
aunque el pre3juicio de otros literatos respetables,
no le dedicaron la importancia, ya que sus orientaciones nunca estuvieron de
acuerdo a lo que escribieron D’nuncio, Dante, Boccaccio, Carducci, Leopardi,
Pirandello, Calvino, Moravia, Dario Fo, Tabucci o los escritores del Verismo
dieciochesco. Desde luego, no se puede negar la capacidad y alto nivel
literario de éstos, desde su punto de vista ideológicos, pero Salgari, no tiene
menos mérito que ellos. Por ende, quizá el aspecto más sencillo y aventuresco
haya sido el motivo por el que se le relegó en los manuales de literatura de
mayor prestigio y poca asertividad en la crítica literaria de los más especializados.
Yo también soy especialista en Literatura y crítico, a la vez, por lo que elevo
la labor literaria de Salgari. He leído sus novelas, a la vez que me cercioraba
de su estilo sui generis, la técnica conque contaba cada una de su obras,
que no son ínfimas, de ningún modo.
También el trabajo de Salgari va mucho más allá de la
simple aventura, y como muchos otros escritores que abordan la historia, este
escritor es uno más de ellos, algo
semejante al estilo narrativo de Walter Scott. Así, con el compromiso literario
que lo caracterizaba, Salgari aborda temas
de la historia, en novelas claves, , que no han sido muy difundidas,
quizá por desconocer de ellas, como en los títulos de “La capitana del Yucatán”,
“Los hijos del faraón”, “El tesoro del presidente del Paraguay”, “El capitán
Tormenta”, y sobre todo, “El León de Damasco”. Es sabido que Salgari tocó el
tema de la historia de acuerdo al conocimiento que poseía de la época y de los
conflictos de los cuales tuvo noticia, previa documentación, para luego
llevarla al plano de la literatura, con un
estilo exquisitamente bien narrado, con historias de la mejores. Este
aspecto es menos conocido en su carrera literaria, ya que fue absorbido por sus
personajes de piratas y corsarios. Incluso, la labor de Salgari, es tan
constante, que muchos lo han considerado el sucesor de Julio Verne, pues de
alguna manera, recibió influencia del escritor francés, al escribir libros con
títulos como “El tren volante”, “La travesía del Atlántico en globo”, “Dos mil
leguas bajo América”, “Las maravillas del año 2000”; pero la diferencia es que
Salgari tocó temas que existieron en el siglo XIX. En cambio Verne –en algunas
novelas-, ya narraba Ciencia Ficción.
Como se ha visto, hasta aquí, Salgari, a través de sus
historias, nos informa, también, de hechos que sí sucedieron realmente como el
caso de “La capitana del Yucatán”, que nos refiere sobre el conflicto, casi al
detalle, que tuvieron Estados Unidos y
Cuba, alrededor de la isla, sólo le faltó mencionar la participación del poeta
José Martí (seguramente porque ignoró la existencia de este líder cubano). Otro caso es “El León de Damasco”, donde
narra los hechos que se suscitaron cuando los turcos tomaron el fuerte de Famagusta, en Chipre, en
el año de 1571, en la batalla de Lepanto (¿acaso no participaba en ese momento
Miguel de Cervantes Saavedra, a quien apodaron el Manco de Lepanto?).
Finalmente, Emilio Salgari, que debió tener una vida
cómoda, tuvo un final mísero, con ceguera, su esposa que terminó en un
hospital porque su locura la consumió
totalmente. Antes de esto, había dejado tres breves cartas: Una a sus hijos, en
la que se lee su quebranto por abandonarlos; otra, a os directores de los
periódicos de Turín para que ayuden a sus hijos económicamente; y a sus Editores,
para que l0o entierren pobre, pues… “enriquecidos con mi sudor y manteniéndome
a mí y mi familia en una continua miseria o algo peor…”, dirá después. Fue
encontrado por Lugia Quirico, un
leñador, en un bosque de Turín, con una navaja de afeitar, manchada de sangre,
un 25 de abril de 1911.
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