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Cualquier hombre no engrilletado y embrutecido por el egoísmo, puede vivir, feliz, todas las patrias”.
José María Arguedas
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Por Miguel Gonzales Corrales.
En el amplio marco de la literatura peruana de la primera década del siglo XXI, han aparecido escritores con una gama de posibilidades narrativas y poéticas interesantes. Estos escritores, jóvenes aún, se hacen presente con propuestas enfocados en la realidad social de la actualidad, cuyos temas rondan lo económico, el contexto socio-cultural, el amor, pasiones desenfrenadas, entre otros motivos que sugieren el centro de su literatura.
Esto significa que no se obviará la literatura de los escritores clásicos de Perú como Vallejo, Valdelomar, Ciro Alegría, José M. Arguedas, Manuel Scorza o Julio R. Ribeyro, entre los más destacados, sino que nuestra literatura seguirá evolucionando, recordando a los literatos de antaño, y a partir de ellos, continuar creando nuevas obras literarias de innovadoras formas de escribir, y sobre todo, tejiendo historias de la realidad que se conoce hoy en día, muy distinta de la de hace 60 ó 70 años atrás. Es por eso, que en medio de nuestra narrativa, hallé “Nuevos lances, otros fuegos” (Lima, 2007), una antología de doce cuentos de distintos escritores jóvenes que muestran una forma diferente, especulativa y curiosa de narrar la vida que viven y en la que se desenvuelven cuyas tramas giran alrededor de calles, ciudades y gente que nosotros canecemos muy bien y hasta en algunos casos, nos es familiar. También en sus narraciones emplean giros lingüísticos y jergas propias de nuestra sociedad; así comprobamos que las formas de habla y jerga actuales son muy diferentes a las que nos presentaron en su momento Vargas Llosa con “Los cachorros” y Oswaldo Reynoso con “Los inocentes”, dos libros clave que inician y muestran la literatura urbana de nuestra sociedad a partir de 1960, que en su tiempo causaron prejuicios en mucha gente por el tono fuerte y las “lisuras” con las que fueron narradas, ya sea en los argumentos o en la fábula dada por los personajes.
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Esta observación la tomo en cuenta para que se haga un balance de los nuevos escritores que están apareciendo y puedan referirse a ellos por lo que escriben, fieles a la vocación literaria, como alguna vez iniciaron César Vallejo, Abraham Valdelomar, Ciro Alegría, José María Arguedas, Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce, Julio Ramón Ribeyro, Alonso Cueto, Blanca Varela, José Watanabe, Carlos E. Zavaleta, Guillermo Niño de Guamán, Miguel Gutiérrez, Oswaldo Reynoso, Oscar Colchado, entre otros. Estos escritores mayores también están quedando como clásicos, por lo tanto, nuestra literatura sigue creciendo, tal como lo aprecia Miguel Idelfonso en el prólogo de esta antología de cuentos: “Son historias de temáticas, sobre todo de urbe, escrito por jóvenes narradores peruanos aparecidos en estos años, a través de sus primeras publicaciones”. En consecuencia, percibo que la tradición rica y sobrecogedora de la literatura peruana nunca perecerá, puesto que hay escritores nacionales reconocidos a nivel mundial.
Para ampliar este contexto, diré finalmente, que cuando Iván Thais dirigió su programa televisivo de literatura “Vano oficio”, comentó que cuando viajó a la Feria Internacional del libro en Guadalajara” (México) en 2006, indagó con muchas personas de diferentes países que nuestra literatura era muy apreciada fuera de Perú. Es por ello que nuestras letras siempre estarán a la vanguardia de nuevos literatos que recreen con su arte nuestra realidad. Y para empezar, sugiero leer “Nuevos lances, otros fuegos” y quién sabe si mañana, más tarde estos autores hagan de la literatura peruana una continuación de su grandeza.