Miguel González Corrales
revistanaufrago@yahoo.es
Hoy en día, en nuestra sociedad y cultura, el hábito por la lectura, en la mayoría de las personas se ha perdido; a no ser por algunos que sienten el interés por ilustrarse a su modo.
Quizás la causa principal para que los peruanos no cojan y un libro y lo disfruten sea por la crisis económica que afronta el país. Peor aún, el interés por la literatura no tiene como profesión una estima favorable en nuestro medio, ya sea porque muchos piensan de que si uno es literato debe estar loco o su único destino será morirse de hambre, como he oído a muchas personas, prefiriendo profesiones que a la larga le resultarán con beneficios económicos.
Para cultivar la profesión de la literatura hay que tener fe y dedicarse una buena parte de la vida para satisfacer sus deseos. Tal es el caso de una persona que voy a mencionar y sé que muchos de ustedes se lo han encontrado cuando aparece en las combis ofreciendo sus pequeñas producciones literarias, de características artesanales, me refiero a José Alvear Corimanya, que con un fervor único ofrece al público en general su aporte mínimo para la literatura, pero grande en su producción. Según él mismo refiere está cerca de los 400 cuentos que es la especie literaria que escribe. También cuenta con algunos ensayos. En lo particular resalto ese interés literario que muchos tomamos importancia y es más lo consideran como un ambulante más. A diferencia de los demás, él apela a su ingenio e inteligencia, a la pluma y el papel para poder, creo, subsistir, en una sociedad donde se prefiere cualquier trabajo menos al literario.
Quiero resaltar la labor de este escritor arequipeño, de tez tostada, pocos cabellos, facciones secas y una contextura regular que muestran su humildad con ropas sencillas. El señor José Alvear tiene una forma de escritura sencilla, simple y de acceso a cualquier lector que no posee una cultura amplia. Los cuentos que escribe tienen una característica sui géneris: aborda los temas de fantasmas, aparecidos, muertos y difuntos que aparecen de sus tumbas para vivir una última vez entre los vivos. Historias originales, donde retrata escenarios que todos los arequipeños conocen, pues habla de sus calles, distritos, zonas, y anexos de nuestra Arequipa, haciendo que sus historias sean creíbles. Emplea en algunos casos, los modos de habla de las personas locales, con sus jergas y vicios lingüísticos: toda una forma de arte.
Los temas que aparecen en sus cuentos son tomados de los mitos, creencias y leyendas de personajes muertos, fantasmas, duendes, diablos, etc. Simbología de la tradición arequipeña en la que creían y todavía creen algunas gentes de antaño y muchas de ellas han dado origen a nombres de puentes, de lugares específicos, en fin. Todo, a mi parecer es recreado con certeza y podría asegurar que este escritor es el que se ha encargado de plasmar hasta la última historia que han ocultado los pobladores arequipeños, en la antigüedad.
Este es su mayor mérito y el reconocimiento que se le puede dar por haber transmitido esas creencias populares a la literatura. Y que a su modo trata de vender con sus publicaciones artesanales.
Sé que en la ciudad de Arequipa hay escritores que son ignorados por diversas razones y que las instituciones culturales poco o nada hacen por fomentar el valor e importancia de la literatura como se debe. Sólo espero que en el futuro la profesión de la literatura, en nuestro medio, pueda tener un gran valor.
revistanaufrago@yahoo.es
Hoy en día, en nuestra sociedad y cultura, el hábito por la lectura, en la mayoría de las personas se ha perdido; a no ser por algunos que sienten el interés por ilustrarse a su modo.
Quizás la causa principal para que los peruanos no cojan y un libro y lo disfruten sea por la crisis económica que afronta el país. Peor aún, el interés por la literatura no tiene como profesión una estima favorable en nuestro medio, ya sea porque muchos piensan de que si uno es literato debe estar loco o su único destino será morirse de hambre, como he oído a muchas personas, prefiriendo profesiones que a la larga le resultarán con beneficios económicos.
Para cultivar la profesión de la literatura hay que tener fe y dedicarse una buena parte de la vida para satisfacer sus deseos. Tal es el caso de una persona que voy a mencionar y sé que muchos de ustedes se lo han encontrado cuando aparece en las combis ofreciendo sus pequeñas producciones literarias, de características artesanales, me refiero a José Alvear Corimanya, que con un fervor único ofrece al público en general su aporte mínimo para la literatura, pero grande en su producción. Según él mismo refiere está cerca de los 400 cuentos que es la especie literaria que escribe. También cuenta con algunos ensayos. En lo particular resalto ese interés literario que muchos tomamos importancia y es más lo consideran como un ambulante más. A diferencia de los demás, él apela a su ingenio e inteligencia, a la pluma y el papel para poder, creo, subsistir, en una sociedad donde se prefiere cualquier trabajo menos al literario.
Quiero resaltar la labor de este escritor arequipeño, de tez tostada, pocos cabellos, facciones secas y una contextura regular que muestran su humildad con ropas sencillas. El señor José Alvear tiene una forma de escritura sencilla, simple y de acceso a cualquier lector que no posee una cultura amplia. Los cuentos que escribe tienen una característica sui géneris: aborda los temas de fantasmas, aparecidos, muertos y difuntos que aparecen de sus tumbas para vivir una última vez entre los vivos. Historias originales, donde retrata escenarios que todos los arequipeños conocen, pues habla de sus calles, distritos, zonas, y anexos de nuestra Arequipa, haciendo que sus historias sean creíbles. Emplea en algunos casos, los modos de habla de las personas locales, con sus jergas y vicios lingüísticos: toda una forma de arte.
Los temas que aparecen en sus cuentos son tomados de los mitos, creencias y leyendas de personajes muertos, fantasmas, duendes, diablos, etc. Simbología de la tradición arequipeña en la que creían y todavía creen algunas gentes de antaño y muchas de ellas han dado origen a nombres de puentes, de lugares específicos, en fin. Todo, a mi parecer es recreado con certeza y podría asegurar que este escritor es el que se ha encargado de plasmar hasta la última historia que han ocultado los pobladores arequipeños, en la antigüedad.
Este es su mayor mérito y el reconocimiento que se le puede dar por haber transmitido esas creencias populares a la literatura. Y que a su modo trata de vender con sus publicaciones artesanales.
Sé que en la ciudad de Arequipa hay escritores que son ignorados por diversas razones y que las instituciones culturales poco o nada hacen por fomentar el valor e importancia de la literatura como se debe. Sólo espero que en el futuro la profesión de la literatura, en nuestro medio, pueda tener un gran valor.
3 comentarios:
"no basta con soñar, no basta con intentar soñar, el sueño se debe vivir". Soy un convecido más que José Alvear Corimanya tiene muchos brillos que escalar, a diferencia de muchos escritores, que he conocido, que mas bien no he conocido; en él veo tanta dedicación, tanta devoción... tanta vida por dedicarle a la literatura. Pero, lo que no entiendo, es por qué teme al éxito. Si tan solo sus escritos se publicaran en otro formato (más presentables y de mejor calidad), la gente la valoraría más y su nivel de venta se acrecentaría.
Siendo tú, uno de los pioneros en el mundo literario de Arequipa, sé que tú liderarías exitosamente la nueva generación de jóvenes escritores. Pero quiero decirte que José Alvear Corimanya no es el único en las combis, hay más. me gustaría que también los busques, los conozcas y comentes sobre ellos. atte alfredo
gggggggggg
Tal ves josé debiera preocuparse un poco mas por el trabajo total de sus producciones , dejar de cabalgar hacia el guines y , asumir el trabajo gramaticakl de sus textos.que ya viene siendo un aspecto que no ha mejoradop en o minimo, teniendo en cuenta que como aspecto tecnico y formal tambien es importante. lo comento porque como profesor de comunicacion en el analisis realizado de algunos de sus cuentos - que por lo demas siempre consideramos en nuestro plan lector - hemos hallado permanetemente con mis alumnos errores groserossobre el manejo y consistencia de los tiempos verbales y como no tambien , la concordancia gramtical. tal ves josé deberia de ser un poco mas responsable en ese sentido
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