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jueves, 27 de enero de 2011

LOS “NUEVOS LANCES, OTROS FUEGOS” DE LA NUEVA NARRATIVA PERUANA




Cualquier hombre no engrilletado y embrutecido por el egoísmo, puede vivir, feliz, todas las patrias”.



José María Arguedas

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Por Miguel Gonzales Corrales.


En el amplio marco de la literatura peruana de la primera década del siglo XXI, han aparecido escritores con una gama de posibilidades narrativas y poéticas interesantes. Estos escritores, jóvenes aún, se hacen presente con propuestas enfocados en la realidad social de la actualidad, cuyos temas rondan lo económico, el contexto socio-cultural, el amor, pasiones desenfrenadas, entre otros motivos que sugieren el centro de su literatura.

Esto significa que no se obviará la literatura de los escritores clásicos de Perú como Vallejo, Valdelomar, Ciro Alegría, José M. Arguedas, Manuel Scorza o Julio R. Ribeyro, entre los más destacados, sino que nuestra literatura seguirá evolucionando, recordando a los literatos de antaño, y a partir de ellos, continuar creando nuevas obras literarias de innovadoras formas de escribir, y sobre todo, tejiendo historias de la realidad que se conoce hoy en día, muy distinta de la de hace 60 ó 70 años atrás. Es por eso, que en medio de nuestra narrativa, hallé “Nuevos lances, otros fuegos” (Lima, 2007), una antología de doce cuentos de distintos escritores jóvenes que muestran una forma diferente, especulativa y curiosa de narrar la vida que viven y en la que se desenvuelven cuyas tramas giran alrededor de calles, ciudades y gente que nosotros canecemos muy bien y hasta en algunos casos, nos es familiar. También en sus narraciones emplean giros lingüísticos y jergas propias de nuestra sociedad; así comprobamos que las formas de habla y jerga actuales son muy diferentes a las que nos presentaron en su momento Vargas Llosa con “Los cachorros” y Oswaldo Reynoso con “Los inocentes”, dos libros clave que inician y muestran la literatura urbana de nuestra sociedad a partir de 1960, que en su tiempo causaron prejuicios en mucha gente por el tono fuerte y las “lisuras” con las que fueron narradas, ya sea en los argumentos o en la fábula dada por los personajes.



Esta observación la tomo en cuenta para que se haga un balance de los nuevos escritores que están apareciendo y puedan referirse a ellos por lo que escriben, fieles a la vocación literaria, como alguna vez iniciaron César Vallejo, Abraham Valdelomar, Ciro Alegría, José María Arguedas, Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce, Julio Ramón Ribeyro, Alonso Cueto, Blanca Varela, José Watanabe, Carlos E. Zavaleta, Guillermo Niño de Guamán, Miguel Gutiérrez, Oswaldo Reynoso, Oscar Colchado, entre otros. Estos escritores mayores también están quedando como clásicos, por lo tanto, nuestra literatura sigue creciendo, tal como lo aprecia Miguel Idelfonso en el prólogo de esta antología de cuentos: “Son historias de temáticas, sobre todo de urbe, escrito por jóvenes narradores peruanos aparecidos en estos años, a través de sus primeras publicaciones”. En consecuencia, percibo que la tradición rica y sobrecogedora de la literatura peruana nunca perecerá, puesto que hay escritores nacionales reconocidos a nivel mundial.

Para ampliar este contexto, diré finalmente, que cuando Iván Thais dirigió su programa televisivo de literatura “Vano oficio”, comentó que cuando viajó a la Feria Internacional del libro en Guadalajara” (México) en 2006, indagó con muchas personas de diferentes países que nuestra literatura era muy apreciada fuera de Perú. Es por ello que nuestras letras siempre estarán a la vanguardia de nuevos literatos que recreen con su arte nuestra realidad. Y para empezar, sugiero leer “Nuevos lances, otros fuegos” y quién sabe si mañana, más tarde estos autores hagan de la literatura peruana una continuación de su grandeza.









domingo, 2 de enero de 2011

CAZADOR DE GRINGAS DE MARIO GUEVARA







El escritor no desempeña ninguna tares de importancia social. La literatura jamás deber ser "comprometida". Simplemente debe ser buena literatura. La mía sólo está comprometida conmigo mismo. Que no me gusta que exista la pobreza es un problema aparte. Juan Carlos Onett

RESEÑAS DE LIBRO
CAZADOR DE GRINGAS DE MARIO GUEVARA



Por Miguel Gonzales Corrales.


En nuestra literatura nacional se encuentra una amalgama de estilos, recursos y técnicas literarias que premeditadamente se han adquirido desde la aparición de los escritores latinoamericanos de los años de 1960, ya sea que se leyeron a éstos o que uno lo descubrió a través del arte de la escritura.



Un caso curioso que me llamó poderosamente la atención es cuando leí “Cazador de gringas y otros cuentos” (1994) de Mario Guevara (Cuzco, 1956). Yo conocí este título por aquel año y un amigo de universidad se lo llevó por obsequio de un profesor. Desde entonces, le perdí los pasos y no me suscitó mayor interés porque iba leyendo otras obras literarias que satisfacía mi vocación literaria. Sin embargo, hace poco lo adquirí y me entusiasmó iniciar su lectura (que pienso sólo fue postergada), pero mayor fue mi deleite cuando me iba adentrando en su lectura, en cada una de las historias de los nueve cuentos que conforman este libro.



Lo primero que debo rescatar como texto literario son dos aspectos: La brevedad como narración exacta que explica lo que quiere contar; y la oralidad con que se maneja cada historia a través de un narrador que cuenta sus peripecias en el Cusco a un supuesto oyente, que también es el lector. Ambos aspectos, en algunos casos, nos lleva a un desenlace de incertidumbre. Los cuentos de este libro (excepto dos que son muy breves) me recuerdan al cuento “Macario” que figura en “El llano en llamas” del escritor mexicano Juan Rulfo. Esta comparación tiene la similitud en la oralidad ingenua, taciturna y el dialecto de la zona provinciana del Cuzco; como el Macario provinciano de un pueblo de México.



Esta fastuosidad narrativa, que es breve, posee un estilo encantador que atrae, cuyo narrador oral mantiene la expectativa del lector para saber qué le sucederá al final. Incluso, el último cuento “Cazador de Gringas” tiene su encanto en el punto de vista de un brichero que cuenta algunas experiencias con unas gringas a quienes seduce. Cada cuento tiene un armazón cronológica bien estructurada que por su brevedad se lee con rapidez y se entiende el mensaje que quiere dar a conocer el autor sobre estos cusqueños, que en medio de su fealdad, son conquistadores de extranjeras: “Percibo sus miradas que dicen: feo y enano y con una gringa mamacita. Pero usted no sabe lo difícil que es computar a gringas”. Con esta oración se resume el contenido del libro. Estos cuentos de Mario Guevara son una ilustración cómica y seria a la vez de los bricheros en el Cuzco. Su estilo es interesante como apunta el critico peruano Eduardo González Viaña, quien prologa este libro, cuando dice: “Lo que es propio de él (de Guevara) es la facultad de recrear en unas cuantas páginas la pasión y las peripecias de una vida larga”. A lo que yo agregaría: Que los diálogos de sus narradores en primera persona son tan hondos en sus confesiones (monólogos externos) que a veces nos hace pensar que se refiere a un tú-lector. A fin de cuentas, esto último es la finalidad de cada cuento.



“Cazador de gringas y otros cuentos” es un libro de relatos que va a interesar por su prosa ágil y que yo recomiendo su lectura.