Páginas

jueves, 29 de junio de 2017



El Tormento

Rodrigo Canales








Quiero saber qué sientes, ahora que sabes que hoy vas a morir. Dime, ¿qué es lo que estás pensando en este momento? ¿Acaso tienes miedo? ¿Aún te quedan esperanzas? Estás cansado de todo esto ¿no es así? La suciedad de tantos meses te cubre de pies a cabeza, tus ropas ya no están tan blancas e inmaculadas como antes ¿no crees? ¿Qué pensarían de ti tus colegas? Esa no es la apariencia de lo que consideran un hombre de fe. Tus ojos están exhaustos, tanto tiempo los has mantenido abiertos, alerta, vigilándome. 
Hice que dormir sea aterrador, son pesadillas todo lo que podías soñar mientras te observaba desde algún rincón oscuro, donde la luz no llegaba a alcanzarme, y te despertabas sudando, en lágrimas y buscándome en la oscuridad. Siempre mantuviste esa pequeña daga contigo, incluso ahora te aferras fuertemente a ella. ¿Crees que podrás defenderte de mí con ella? ¡Insensato! Solo pudiste herirme porque estaba empapada con esa despreciable agua sagrada. Aún arden en mi piel las cicatrices que me ocasionaste. Su filo inútil no te servirá esta noche. Ahora estás solo, todos te abandonaron y creen que eres un demente. Estás aquí en esta pequeña y sucia habitación, solamente tienes una miserable vela y su triste luz es lo único que te separa de mí. Solo se necesita una brisa ligeramente fuerte para que esa llama se extinga, y te ponga a mi merced.

He disfrutado cada minuto destrozándose, cada momento quitándote los deseos de vivir. Me ha encantado la angustia que te causé. No sabes cómo me deleito en el horror que se muestra en tus ojos cuando me ves y la desesperación de saber que nadie más puede verme. Me fascina el dolor que sufres, la agonía de esta tortuosa vida que te obligo vivir. Te he arruinado por completo. Estás solo y abandonado.

Creo que empiezas a dudar, considéralo, tal vez sea mejor apagar la luz y terminar con todo esto. Ríndete al frío abrazo de la muerte, ¿no es acaso mejor la calma de la tumba a vivir siempre atormentado por mi perversa presencia? Cuando termine con tu cuerpo me apoderaré de tu alma. Poco a poco te arrastraré hasta lo más profundo, donde tus pesadillas más horribles parecerán sueños dulces. Conocerás dolor como nunca has sentido.

He esperado tanto este momento. Una vez que la luz se apague, podré disfrutar de esta noche como ninguna otra.





No hay comentarios:

Publicar un comentario